Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 10, 1-9

1 Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de
Saúl, y después le besó diciendo: «¿No es Yahveh quien te ha ungido como
jefe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahveh y le librarás de la
mano de los enemigos que le rodean. Y ésta será para ti la señal
de que
Yahveh te ha ungido como caudillo de su heredad.

2 En cuanto te separes hoy de mí, encontrarás dos hombres junto a la
tumba de Raquel, sobre la frontera de Benjamín... y ellos te dirán:
“Las
asnas que has ido a buscar ya han aparecido. Ahora tu padre ha olvidado el
asunto de las asnas y está preocupado por vosotros, diciendo: ¿Qué debo
hacer por mi hijo?”

3 Pasando más allá, y en llegando a la Encina del Tabor, encontrarás
tres hombres que suben hacia Dios, a Betel, uno llevará tres cabritos, otro
llevará tres tortas de pan, y el tercero llevará un odre de vino.

4 Te saludarán y te darán dos panes, que tú tomarás de su mano.

5 Llegarás después a Guibeá de Dios (donde se encuentra el
gobernador de los filisteos) y a la entrada de la ciudad tropezarás con un
grupo de profetas que bajan del alto, precedidos del añafil, el
adufe, la
flauta y la cítara, en trance profético.

6 Te invadirá entonces el espíritu de Yahveh, entrarás en trance con
ellos y quedarás cambiado en otro hombre.

7 Cuando se te hayan cumplido estas señales, haz lo que te viniere a
mano, porque Dios está contigo.

8 Bajarás delante de mí a Guilgal, y yo me reuniré allí contigo para
ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión. Esperarás siete días a que yo
vaya a tu encuentro y te diré lo que debes hacer.»

9 Apenas volvió las espaldas para dejar a Samuel, le cambió Dios el
corazón y todas las señales se realizaron aquel mismo día.